MUJERES GENIAS DE LA HISTORIA

                               Miércoles, 15 de agosto


Trabajamos con el proyecto “Mujeres genias de la ciencia”


  • Hedy Lamarr.
  • Ada Lovelace.
  • Dorothy Vaughan.
  • Paulina Luisi.
  • Hipatia.


Hedy Lamarr

(Hedwig Eva Maria Kiesler; Viena, 1915 - Miami, 2000) Actriz austriaca. Después de aparecer, completamente desnuda, en la película checa Éxtasis (1933), su marido intentó en vano comprar todas las copias de la cinta; el divorcio y el estreno de este filme la hicieron mundialmente famosa, posibilitando en 1938 su traslado a Hollywood. Con la Metro Goldwyn Mayer protagonizó muchos títulos sin alcanzar grandes éxitos, por lo general en papeles de mujer misteriosa; pese a su exquisita belleza, sus dotes interpretativas eran limitadas. Su película de mayor repercusión fue Sansón y Dalila (1949), una de las grandes superproducciones de Cecil B. DeMille; a partir de entonces su carrera experimentó un rápido declive, hasta su retirada en 1957.

Hedy Lamarr
Hija de un banquero de origen ucraniano y de una pianista de ascendencia húngara, su infancia transcurrió en reputados internados de Austria y Suiza, donde adquirió una sólida educación que completó con las clases particulares que recibía de institutrices y profesores personales. Su temprana pasión por el arte dramático logró convencer a su progenitor, y con el apoyo familiar se matriculó en la prestigiosa escuela del director de escena Max Reinhardt.
Bautizada con los nombres artísticos de Hedwig Kiesler y Hedy Kiesler, la joven actriz consiguió su primer papel en la película Geld auf der Straße (1930), de Georg Jacoby, y luego pequeñas intervenciones en cintas de producción checa y germana como Die Blumenfrau von Lindenau (1931), Man braucht kein Geld(1931) o Die Koffer des Herrn O.F. (1931). En 1932 viajó a Praga para protagonizar Éxtasis, film dirigido por Gustav Machaty en el que Hedy Lamarr protagonizó uno de los primeros y más famosos desnudos de la historia del cine. El escándalo le costó el divorcio de su primer esposo, pero también tuvo una sonada repercusión en toda Europa que le abrió de par en par las puertas de Hollywood.
Contratada por la Metro Goldwyn Mayer, la todavía jovencísima Hedwig Kiesler se convirtió en Hedy Lamarr, nombre elegido por Louis B. Mayer en homenaje a la estrella del cine mudo Barbara La Marr. La productora transformó en elegancia el incontestable atractivo de la actriz y, redimida del escándalo, "la más bella" debutó en el cine estadounidense con Argel (1938), un drama romántico de John Cromwell donde compartió cartel con Charles Boyer, uno de los galanes de la época.
La nueva estrella de la Metro comenzó así una trayectoria imparable en la que firmó algunos de los trabajos más significativos de la década de los años cuarenta. Fue pareja protagonista de Spencer Tracy en Esa mujer es mía (1939), de W.S. Van Dyke; compartió elenco con Robert Taylor en La mujer del trópico (1939), de Jack Conway; y dio la réplica femenina al mismísimo Clark Gable en Camarada X(1940), de King Vidor, y en Fruto dorado (1940), nuevamente a las órdenes de Jack Conway.
La carrera de Lamarr continuó a las órdenes de los directores más reputados de la época y junto a los principales actores de Hollywood. Entre sus siguientes películas cabe destacar No puedo vivir sin ti (Clarence Brown, 1941), al lado de James Stewart; Ziegfeld Girl (Robert Z. Leonard, 1941), de nuevo junto de Stewart, Judy Garland y Lana Turner; Esquina H.M. Pulham (King Vidor, 1941); White Cargo(Richard Thorpe, 1942) o La vida es así (Victor Fleming, 1942), arropada por Spencer Tracy y John Garfield. Todas ellas confirmaron el rotundo éxito de la actriz austriaca en la cartelera estadounidense.

Hedy Lamarr en Sansón y Dalila (1949), de Cecil B. DeMille
Después de la Segunda Guerra Mundial, la carrera de la actriz comenzó a estancarse, y la Metro decidió prescindir de ella. Desafortunadamente, Hedy Lamarr cometió el error de rechazar protagonizar películas como Casablanca o Luz que agoniza, y sus trabajos no pasaron de aceptables hasta que, en 1949, aceptó participar en la superproducción de Cecil B. DeMille Sansón y Dalila, junto a Victor Mature. La película fue un rotundo éxito y supuso la primera colaboración de Lamarr con la productora Paramount.
Siguieron a este filme el western El desfiladero del cobre (John Farrow, 1950), junto a Ray Milland, y la comedia Mi espía favorito (Norman Z. McLeod, 1951), donde compartió cartel con Bob Hope, aunque su estrella no alcanzó el brillo de las primeras películas. En 1957 se despidió de la gran pantalla con dos cintas de escasa relevancia, The Story of Mankind y The Female Animal.
Alejada de la industria, Hedy Lamarr pasó apuros económicos y fue testigo de la subasta de todos los bienes de su casa de Beverly Hills. En 1966 fue acusada de robo en un supermercado y, aunque finalmente salió absuelta, la publicación ese mismo año de su autobiografía, Ecstasy and Me, no contribuyó a mejorar la imagen de quien había sido una de las mujeres más bellas de la historia del cine. El libro recogía con minucioso detalle los escándalos amorosos y sexuales de la actriz y, aunque Hedy Lamarr demandó a la editora por falsear su azarosa vida sentimental, Hollywood le dio definitivamente la espalda.
A pesar del triste final de su vida, Hedy Lamarr pasó a la historia no sólo por su aportación al séptimo arte, sino también por sus descubrimientos en el campo de la defensa militar y de las telecomunicaciones. Enemiga declarada del régimen nazi, durante la Segunda Guerra Mundial ideó, junto a su amigo el compositor George Antheil, un sistema de detección de los torpedos teledirigidos utilizados en la contienda. Inspirado en un principio musical, el invento funcionaba con ochenta y ocho frecuencias, equivalentes a las teclas del piano, y era capaz de hacer saltar señales de transmisión entre las frecuencias del espectro magnético. Una vez patentado, Estados Unidos lo utilizó por primera vez durante la crisis de Cuba, y después como base para el desarrollo de las técnicas de defensa antimisiles. Finalmente, se le dio utilidad civil en el campo de las telecomunicaciones.

Ada Lovelace, la primera programadora informática

Hija de Lord Byron, Ada Lovelace se dejó atrapar por las matemáticas y se adelantó a su tiempo.
Ada Lovelace
Palma Lagunilla
Ada Lovelace fue hija del poeta inglés Lord Byron y de Annabella Milbanke, a quien su marido literato llamaba “princesa del paralelogramo” por su afición a la geometría y las matemáticas. Sus padres se separaron cuando ella tenía dos meses y Ada, que se quedó con su madre, nunca llegó a conocer a su padre pues este se marchó de Inglaterra y murió en Grecia ocho años después. El apellido por el que es conocida viene de su matrimonio con William King, conde de Lovelace. Considerada como la primera programadora en la historia de la informática, Ada Augusta Byron –luego Lovelace– (1815-1852) fue una mujer especial en plena época victoriana. Tuvo la suerte de tener una madre rica y poco convencional, de la que heredó la pasión por las matemáticas, y pudo estudiar en la Universidad de Londres y frecuentar a figuras de la ciencia y del arte, como Faraday o Dickens.

El primer lenguaje de programación

Su gran momento llegó al conocer al matemático Charles Babbage, que había diseñado una máquina analítica que debía funcionar con los mismos principios que los futuros ordenadores –y que nunca llegó a construirse–. Impresionado por el talento de Ada, que entendió sus ideas a la primera y escribió un plan describiendo los pasos para calcular los valores de los números de Bernoulli, Babbage la reclutó como ayudante, pero la boda de ella a los 20 años con William King, conde de Lovelace, y el nacimiento de sus tres hijos la apartaron durante unos años de la investigación.
Luego reanudaron la tarea en común y Ada inventó una notación para describir algoritmos en la máquina de Babbage, creando así el primer lenguaje de programación. Tuvo que firmar sus trabajos con sus iniciales A. A. L., para que no la censuraran por ser mujer. A los 36 años enfermó de cáncer y fue tratada con opiáceos e hipnosis, pero nunca se recuperó y murió un año después. En 1979, el Departamento de Defensa de EE UU desarrolló un lenguaje de programación que llamó “ADA” en su honor.
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LA PRIMERA SUPERVISORA, DOROTHY VAUGHAN (1910-2008)

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos empezaron a reclutar en su centro de investigaciones de Langley a un gran número de mujeres matemáticas para que, con sus impresionantes cerebros, ayudaran a mejorar las trayectorias aéreas de sus aviones bélicos. Empezó entonces una larga carrera para muchas de aquellas matemáticas que tras la guerra continuaron trabajando para alcanzar el espacio. Dorothy Vaughan fue una de ellas, una mujer de gran inteligencia que se convirtió en la primera afroamericana en supervisar a un equipo de trabajo. Madre de cuatro hijos, demostró que las mujeres eran igual o más capaces que los hombres para trabajar en el sector aeroespacial. Como mujer de color, se enfrentó a la injusticia de un país que tardó demasiado en abolir la segregación racial.


Dorothy Johnson nació en Kansas, Missouri, el 20 de septiembre de 1910 pero con siete años sus padres, Leonard y Annie Johnson se trasladaron a vivir a Morgantown, en West Virginia. Allí Dorothy estudió en el Instituto Beechurst donde ya demostró que iba a ser una alumna destacada. Tras el instituto, estudió matemáticas en la Universidad Wilberforce de Ohio. Poco después de conseguir su título universitario, Dorothy empezó a trabajar como maestra.


En 1932 se casó con Howard Vaughan, con quien tendría cuatro hijos. Dorothy continuó con su trabajo de profesora de matemáticas en el Instituto Moton de Farmville, en Virginia, hasta que en 1943 inició su carrera en el Centro de Investigación de Langley de la NACA (National Advisory Committee for Aeronautics). La NACA había empezado a reclutar a muchas mujeres matemáticas capaces de realizar un gran número de operaciones y ecuaciones. Dorothy, como el resto de mujeres afroamericanas contratadas, fueron ubicadas en la West Area Computers, la zona oeste del amplio complejo de Langley, relegadas del resto de trabajadores tal y como dictaban las leyes segregacionistas.


En 1949 Dorothy Vaughan se convertía en la primera mujer afroamericana en supervisar al grupo de matemáticas de color aunque no fue hasta años después que fue reconocida oficialmente en su puesto. La carrera de Dorothy en la NACA y su heredera, la NASA, duró veintiocho años. En aquellos años trabajó en el proyecto SCOUT y se especializó en el lenguaje de programación FORTRAN además de formar parte del Analysis and Computation Division (ACD). En aquellos años, Dorothy fue testigo y parte de la frenética carrera espacial y pudo comprobar con satisfacción cómo las leyes que segregaban a las mujeres de color desaparecían.


Dorothy Vaughan se retiró de la NASA en 1971. Falleció el 10 de noviembre de 2008.


Si quieres leer sobre ella


Margot Lee Shetterly

Breve Biografía de Paulina Luisi


Paulina Luisi nació en 1875. Primera médica uruguaya: se recibió en 1908.


Su padre Ángel Luisi, era italiano y tenía estudios de Derecho, maestro y educador y su madre Josefina Janicki, polaca, había estudiado en la Sorbona, Francia, era maestra e inspectora y luchó por el voto femenino y la enseñanza laica. El matrimonio fundó en Paysandú, Uruguay, el Instituto Luisi, donde impartían sus profundos conocimientos pedagógicos y sociológicos, y donde la cultura estaba orientada hacia una ideología de libertad y de ideas progresistas en el sentido moral, contrarias a las enseñanzas de esa época.


En 1887 el matrimonio y sus ocho hijos, seis mujeres y dos varones (Héctor y Ángel), se trasladaron a Montevideo; Paulina y sus hermanas estudiaron para maestras, donde se destacaron por su independencia. Luego de recibirse de maestra, Paulina ingresó en 1900 a la Facultad de Medicina. Su hermana Clotilde Luisi será la primera abogada del Uruguay, Luisa Luisi una poetisa destacada, Inés también médica, Elena y Anita serán maestras. Todas fueron ejemplos de mujeres emancipadas.


Paulina soportó la burla de sus compañeros y los prejuicios de una sociedad que se alarmaba porque una mujer viera a los hombres desnudos. Se recibió de doctor en Medicina y Cirugía en 1908, coincidiendo con la inauguración del Hospital Pereira Rossell; siendo ya médica, hizo la especialización en dermatología y enfermedades venéreas en París en 1923. Ejerció la docencia en la Enseñanza Secundaria y ocupó la cátedra en la Facultad de Medicina donde pudo disponer de un laboratorio propio para sus investigaciones sobre fecundación y fertilidad.


Paulina fue una de las fundadoras del feminismo uruguayo, al crear elConsejo Nacional de Mujeres, convencida de que sólo a través de la unión de las mujeres mismas, se obtendría las reformas a que aspiraban. Desarrolló una intensa labor en la defensa de los derechos de la mujer: en liberar a la mujer de la tutoría del hombre y su consecuente crecimiento moral e intelectual como persona.


Actuó en política, siendo miembro fundadora del Partido Socialista del Uruguay (1910). Fue la primera mujer latinoamericana en concurrir en representación de un gobierno a la Sociedad de las Naciones y delegada del gobierno en la Comisión de Protección a la Infancia y la Juventud (1922-1932). Asistió al Primer Congreso Nacional Femenino, en 1923 que tuvo lugar en La Habana, Cuba, en apoyo a las mujeres cubanas para hacer válidos sus derechos de insertarse en la sociedad.

Promotora y luchadora incansable de los valores de la mujer, entre ellosel voto femenino. El sufragio femenino se obtuvo en Uruguay en 1932.Se destacaba su preocupación por la trata de blancas y la defensa de las madres solteras. Activista por la paz mundial, concurrió a laConferencia Internacional sobre el Desarme, a la cual asistieron sólo cinco mujeres (1932).


Tuvo una ardiente vocación de justicia, creó organizaciones sociales y sindicales de mujeres; la Unión de Telefonistas y el de Costureras de Sastrerías. Paulina participó en numerosos congresos y dictado diversas conferencias, trabajó intensamente en todos los temas de su especialidad médica. Publicó varios trabajos y entre otras obras, una tan audaz como "La enseñanza sexual" donde proponía una enseñanza en las escuelas tanto a las niñas como a los varones.


Paulina Luisi falleció en Montevideo, en 1950, a los 75 años. En el Prado de Montevideo, hay un árbol consagrado a su memoria. Desde el año 2006 el Hospital de la Mujer, dentro del Hospital Pereira Rossell,lleva con justicia el nombre de la "Dra. Paulina Luisi".




Hipatia

(Alejandría, c. 370 - id., 415) Matemática y filósofa griega. Era hija del matemático Teón, profesor del Museo de Alejandría. Fundado por Ptolomeo I, rey de Egipto, el Museo de Alejandría era en la época una auténtica universidad a la que asistían alumnos ansiosos de instruirse en las ciencias y la filosofía.
Representación imaginaria de Hipatia
en La escuela de Atenas, de Rafael
Aunque no existe mucha documentación sobre Hipatia, es una de las primeras mujeres matemáticas sobre la que hallamos fuentes fiables. Trabajó junto a su padre en la preparación de textos para los alumnos (entre otros el de los Elementos de Euclides, que reeditó críticamente) y escribió comentarios sobre la Aritmética de Diofanto, el Almagesto de Tolomeo y las Cónicas de Apolonio.
Hipatia de Alejandría se interesó también por los instrumentos prácticos que se usaban en las investigaciones astronómicas, y elaboró tablas de los movimientos de los cuerpos celestes; sin embargo, se consagró principalmente al estudio y a la enseñanza de las matemáticas. Entre sus discípulos más destacados estuvieron el obispo Sinesio de Cirene y Orestes, que llegó a ser prefecto romano de Egipto.
Su proceder tolerante, no discriminatorio con sus discípulos, y sus enseñanzas fomentadoras de la racionalidad (imprescindible para la ciencia) le fueron creando en la ciudad envidias y odios. Entre sus principales detractores se encontraban, al parecer, el obispo San Cirilo de Alejandría y sus seguidores cristianos. Acusada por Cirilo de que su influencia en el ánimo del gobernador de aquella ciudad había motivado las persecuciones contra los cristianos, Hipatia de Alejandría fue asesinada en un motín popular (al parecer, un grupo de exaltados asaltó su carruaje, la torturó y la quemó), y sus obras perecieron juntamente con toda la Biblioteca de Alejandría.

Las causas de la muerte de Hipatia, sin embargo, distan de ser claras. Estudios recientes han puesto en duda las motivaciones religiosas, objetando que Hipatia no era contraria al cristianismo (tenía discípulos de todas las religiones) e intentando enmarcar su muerte en el cúmulo de tensiones políticas que existía en la Alejandría de la época como consecuencia de la decadencia del Imperio Romano y de las luchas internas que la provocaron. Su asesinato tendría según estas hipótesis motivaciones políticas, dentro de la lucha que mantenían el patriarca Cirilo y el prefecto romano Orestes por la hegemonía política en Alejandría.

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